Día Internacional de la Mujer
En los últimos milenios, las mujeres hemos sido objeto de dominación, control, violencia y muerte, pasajes bíblicos, la historiografía, la literatura e historias orales recientes comprueban esta afirmación.
Si nos detenemos en informaciones de este siglo 21, estadísticas, reportajes, denuncias, etc., podemos ver que lamentablemente muchas mujeres (en muchos lugares del mundo posmoderno) siguen siendo víctimas de esas situaciones.
Según el escritor uruguayo Eduardo Galeano, en su obra Patas arriba – la Escuela del mundo al revés:
«En los países del sur del mundo, una de cada tres mujeres casadas, recibe palizas, como parte de la rutina conyugal, en castigo por lo que ha hecho o por lo que podría hacer:
– Estamos dormidas –dice una obrera del barrio Casavalle de Montevideo. Algún príncipe te besa y te duerme. Cuando te despertás, el príncipe te aporrea… y otra: – Yo tengo el miedo de mi madre, y mi madre tuvo el miedo de mi abuela.
Enseñan los proverbios, transmitidos por herencia, que la mujer y la mentira nacieron el mismo día y que palabra de mujer no vale un alfiler, y en la mitología campesina latinoamericana son casi siempre fantasmas de mujeres, en busca de venganza, las temibles ánimas, las luces males, que por las noches acechan a los caminantes. En la vigilia y en el sueño, se delata el pánico masculino ante la posible invasión femenina de los vedados territorios del placer y del poder, y ha sido así desde los siglos de los siglos».
Evidentemente la tradición y la cultura han «educado» para «justificar » cualquier violencia que se cometa contra las mujeres. Desde tiempos muy lejanos los hombres se han sentido autorizados a dominar, maltratar y hasta matar a cualquier mujer que se atreviera a contradecirlos, desobedecerlos, enfrentarlos, y seguramente muchas mujeres se han sentido «obligadas » a aceptar esta situación como algo natural.
«Por algo fueron mujeres las víctimas de las cacerías de brujas, y no sólo en los tiempos de la Inquisición. Endemoniadas…sólo la posesión de Satán podía explicar tanto fuego prohibido, que por el fuego era castigado. Mandaba Dios que fueran quemadas vivas las pecadoras que ardían.»
(Eduardo Galeano, en su obra «Patas arriba – la Escuela del mundo al revés»)«Las parthénoi, muchachas que serán en el futuro esposas y madres de futuros ciudadanos, son jóvenes por domar, y el casamiento es la última etapa de su domesticación… «.
(» Historia de las mujeres – la Antigüedad – » George Duby y Michelle Perrot)«Al buen y al mal caballo, las espuelas; a la buena y a la mala mujer, un señor, y a veces los palos…» .
(«Del Libreo di buoni costumi, 209» – Paulo de Certaldo – sobre la Edad Media)
A pesar de la Buena Noticia, el Evangelio de Jesús, que anuncia Vida plena para todos y todas, que habla con ellas, las cura, las escucha las y principalmente les da el valor que no tenían en la sociedad judía de la época, la historia nos muestra que ya desde los primeros tiempos estas actitudes se fueron olvidando.
Las mujeres, incluidas por Jesús fueron siendo excluidas y evidentemente sufriendo las mismas opresiones y violencias que siempre habían sufrido.
A pesar de la Buena Noticia, el Evangelio de Jesús, que anuncia Vida plena para todos y todas, que habla con ellas, las cura, las escucha las y principalmente les da el valor que no tenían en la sociedad judía de la época, la historia nos muestra que ya desde los primeros tiempos estas actitudes se fueron olvidando. Las mujeres, incluidas por Jesús fueron siendo excluidas y evidentemente sufriendo las mismas opresiones y violencias que siempre habían sufrido.
Nos cuenta Elaine Pagels en su libro Adán, Eva y la Serpiente cómo se dio el proceso de interpretación de la creación (Génesis 1-3) durante los primeros siglos. La autora afirma que los primeros cristianos y cristianas comprendían la creación como una historia de la libertad humana – incluyendo hombres y mujeres. Con Agustín (en el siglo IV), a partir de su interpretación del pecado original – donde para él Adán y Eva cambiaron la estructura del Universo, corrompiendo para siempre la naturaleza humana – en eso, Eva fue la gran responsable.
El pensamiento de Agustín fue «absorbido» por gran parte de la Iglesia transformándose a través de los tiempos como algo «natural», intocable, incuestionable, justificando así muchas de las actitudes de violencia cometidas contra las mujeres.
El pensamiento de Agustín fue «absorbido» por gran parte de la Iglesia transformándose a través de los tiempos como algo «natural», intocable, incuestionable, justificando así muchas de las actitudes de violencia cometidas contra las mujeres.
Los textos a continuación son un ejemplo de cómo esto se fue construyendo:
«Las mujeres son gobernadas por su sexo. La muerte, el sufrimiento, el trabajo entraron al mundo a través de ellas…estas son verdades afirmadas por las Escrituras y por la tradición de los Padres de la Iglesia. Por eso, controlar o castigar a las mujeres, su cuerpo y su sexualidad desconcertante o peligrosa, es tarea de los hombres.»
(de «Public man, private women» – Jean B. Elshtain- sobre la Edad Media)«Eva, es el primer modelo femenino que «reúne todos los individuos» de su sexo. Suma los elementos negativos y conduce a Adán a la desobediencia. Ella personifica la tentación, la seducción, la desobediencia, la «puerta del diablo»…»
(«Historia de las mujeres del Occidente» – George Duby y Michelle Perrot)«Este sexo envenenó a nuestro primer padre, que era también su marido y padre, estranguló a Juan el Bautista, le entregó al valiente Sansón a la muerte. De cierta forma, también mató al Salvador, porque, si su desobediencia no lo hubiese exigido, nuestro Salvador no hubiese tenido que morir. Sexo desgraciado en el que no hay ni temor, ni bondad, ni amistad y que es más temido cuando amado que cuando odiado.»
(Godofredo de Vandoma, PL 157, col. 168 – año 1105 d.C)«…la mujer es pecadora y, por esencia, de la carne. La Salvación para ella no viene sino por el arrepentimiento y por la penitencia, en el castigo de esta carne culpable…»
(«Historia de las mujeres del Occidente» – George Duby y Michelle Perrot)
Podríamos encontrar muchísimos ejemplos que ayudan a entender los trayectos del pasado y evidentemente así comprender mejor el presente. Y es entendiendo el presente que podemos mirar para el futuro y proyectar transformaciones que cambien radicalmente la situación de violencia en que viven muchas mujeres hoy. Siguiendo el Evangelio, que nos anima y nos da vida, debemos sentirnos desafiadas y desafiados a construir – juntos, mujeres y hombres – espacios sin opresión y violencia, espacios de verdadera vida plena.
Rev. Inés Simeone
Presidenta de la IMU
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