Jesús anuncia que el templo será destruido

Querida comunidad: el evangelio de hoy (Marcos 13:1-8), nos presenta el “discurso escatológico” de Jesús, un mensaje profundo que nos llama a vivir con esperanza y fidelidad. Al predecir la destrucción del templo, Jesús no solo denuncia la corrupción y la falsa seguridad en estructuras humanas, sino que nos recuerda que nuestra verdadera fuerza está en una fe puesta únicamente en Dios.

Este evangelio no busca generar temor, sino renovar nuestra confianza en un Dios que actúa en todo momento y lugar, guiando la historia con la fuerza del Espíritu Santo. Es un llamado a abrazar la vida, no el terror; a construir esperanza, no violencia.

La Iglesia no son edificios ni estructuras. La Iglesia somos nosotros: personas que aman, que sirven y que entregan sus vidas para que otros puedan encontrar vida y esperanza, tal como lo hizo Jesús.

En el lugar y el tiempo que nos toca vivir, seamos luz para quienes nos rodean. Seamos testigos activos del amor salvador y renovador de Cristo, confiando en que Él siempre camina a nuestro lado.

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