Jesús el pan de la vida – III

Querida comunidad:
El evangelio de hoy nos sigue invitando a adentrarnos en las memorias de la comunidad juanina, especialmente el capítulo 6.

Ahora los judíos se pusieron a discutir unos con otros:
—¿Cómo puede éste darnos a comer su propia carne?
Jesús les dijo:
—Les aseguro que si ustedes no comen la carne del Hijo del hombre y beben su sangre, no tendrán vida.

Quedaron todos escandalizados
¿Cómo este hombre puede darnos de comer su carne y además nos pide que tomemos su sangre?

Para la tradición judía, la sangre no podía ser consumida. Al entrar en contacto con otros, se consideraba impura, y al mismo tiempo, la sangre representa la vida, que es propiedad exclusiva de Dios, con la prohibición absoluta de consumirla. Jesús lo sabía y respetaba.

El Mesías hablaba de algo más profundo que el simple acto de comer y beber: Es una invitación a apropiarnos de su vida, de su misión, de su esencia. Comer su carne y beber su sangre significa aceptar plenamente su entrega, su sacrificio, y hacer de su vida parte de la nuestra.

El maná que comieron los antepasados en el desierto fue un símbolo poderoso, pero era solo un alimento temporal. Jesús ofrece algo mucho más grande: una vida plena, abundante, y eterna.
Él es el único capaz de nutrirnos espiritualmente y salvarnos de nuestras limitaciones humanas.

 

En palabras del querido poeta Gerardo Carlos C. Oberman:


Su sangre remite a su esencia,
es lo que late en el interior,
es la pasión por una causa,
es la impotencia ante la maldad,
ante la violencia y los odios que destruyen,
es la no indiferencia ante lo que conmueve.

La sangre es lo que hierve ante todo lo injusto.
Beber de su esencia
es dejar que nuestro corazón
dance al ritmo del suyo.

Su carne señala su humanidad,
el cuerpo, la piel, caminar,
moverse, tocar, sentir, gustar,
saborear, alegrarse, reír,
rozar una mano, abrazar un árbol,
saludar al sol cada mañana,
acariciar un sueño,
llorar una ausencia,
besar a quien se ama.

La carne es la vida entera
de una divinidad que quiso vestirse
de huesos, músculos, piel
y sentimientos…

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