Jesús el pan de la vida – IV

Querida comunidad,

hoy finalizamos la lectura del capítulo 6 del Evangelio según Juan, que concluye con la última parte del discurso del Pan de Vida. Jesús es el Pan de Vida, el Pan Vivo bajado del cielo. Este encuentro transformador nos recuerda que la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Nos trajo palabras de esperanza, de vida eterna, palabras que liberan, que sanan, que perdonan, que calman, que interpelan y que, como cristianos y cristianas, nos comprometen con los demás y con toda la creación.

Simón Pedro le respondió:

—Señor, ¿a quién iríamos? Solo tus palabras dan vida eterna. Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.

 

Escandalosa libertad (A la luz de Juan 6:60-69)

La propuesta que les hago
no es una prisión,
no es un cielo hermético,
no promete una salvación excluyente,
no exige adhesiones eternas
ni busca un compromiso acrítico.

Lo que vine a compartir es gratuito.
La gracia es universal,
como una suave lluvia
que busca nutrir la vida
para que florezca la belleza
y para que crezcan y fructifiquen
la justicia y la armonía.

Les propongo dejarse abrazar
por un amor que aún no han conocido,
porque no se sostiene en el interés
sino en la mutualidad,
en el encuentro profundo,
en el compartir y en el gustar
sabores y aromas
que han perdido o han olvidado
o les han sido arrebatados
por el afán insaciable y egoísta
de la autosatisfacción.

Aquí vine a ofrecerles
una caricia plena de ternura
capaz de transformar y de convertir,
de sanar y de devolver la alegría,
de vislumbrar y de construir
mundos nuevos y plenos.

Les ofrezco la escandalosa libertad
de quedarse, si así lo desean,
de caminar caminos desconocidos
y de adentrarse en una aventura
que hará de ustedes personas
completamente nuevas,
con una luz intensa en el alma
y un brillo contagioso en la mirada.

O pueden irse, si así lo prefieren.
Jamás sabrán entonces
lo que pudo haber sido…

Gerardo Carlos C. Oberman

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