Mensaje Pascua 2022
Arriba y adelante, son dos movimientos que surgen de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, hecho principal que celebramos esta Semana. En ella, podemos constatar un movimiento ascendente, de muerte a vida; y uno hacia adelante, del sepulcro a la comunidad. Asimismo, los discípulos y las discípulas, experimentaron tanto un levantarse de la tristeza y la derrota hacia el gozo y la esperanza, como un ponerse en camino, dirigiéndose hacia el mundo en misión. En este sentido, la Iglesia Metodista en el Uruguay, integrada por todos sus miembros y simpatizantes, por sus congregaciones, sus obras de servicio, sus programas y sus instituciones, está llamada a perseverar en su organización y envío.
El evangelio de Lucas, que es el que corresponde a este año, nos ilumina particularmente en sus 4 versículos finales:
Luego Jesús los llevó fuera de la ciudad, hasta Betania, y alzando las manos los bendijo. Y mientras los bendecía, se apartó de ellos y fue llevado al cielo. Ellos, después de adorarlo, volvieron a Jerusalén muy contentos. Y estaban siempre en el templo, alabando a Dios.
Lucas 24:50-53
Allí en Betania, aldea ubicada en la falda oriental del monte de los Olivos, en la que existía una comunidad de recepción y acogida, en cuyo seno había encontrado refugio y alojamiento tantas veces es a donde Jesús decide llevar para bendecir a sus discípulos. Y de la bendición, al camino, camino a Jerusalén, al templo, al pueblo, testimonio de lo cual encontraremos en el segundo tomo de la obra del mismo evangelista, el libro de los Hechos. Bendecidos para bendecir, convocados para convocar, sanados para sanar.
Luego de dos años de confinamiento y de encierro, no exento de pérdidas y de incertidumbre, podremos reunirnos para celebrar estos acontecimientos fundantes en la vida de la Iglesia, y de nuestras propias vidas. Esta Pascua nos encuentra en un mundo post pandemia, ya superado el peor momento, gracias a lo que muchos entendieron como una victoria de la ciencia sobre la crisis. Sin embargo, el lamentable flagelo de la guerra oscurece el horizonte, e instala desafíos tanto o más complejos de resolver.
En medio de todo ello, es importante confiar en el tremendo poder del testimonio evangélico para afirmar la cultura del encuentro, de la paz, y de la vida; manteniendo la perspectiva del Reino de Dios como realidad presente y última, de la que ser colaboradores y señal. Seamos, en este sentido, creadores de espacios de recepción, de contención, de dignificación, y usinas de esperanza para nuestro medio. Para ello es necesario fortalecernos, como dice la Palabra, en la oración común, en la adoración, y caminar juntos.
Que Dios les bendiga. ¡Feliz Pascua! 2022.
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