Mensaje Pascuas 2021

Podríamos decir que La Semana Santa, comienza con algarabía y con júbilo. La palabra predominante y clave del día que inicia la semana, Domingo de Ramos, es sin margen de duda Hosanna. Si vamos al diccionario de la Real Academia Española (RAE), encontramos que Hosanna significa: Exclamación de júbilo usada en los salmos y en la liturgia cristiana y judía. La segunda acepción es Himno que se canta el Domingo de Ramos. Es decir que se asocia, se vincula, estrictamente, a esa fecha del calendario litúrgico.

Al episodio que recordamos del Domingo de Ramos, se le conoce como La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. La pregunta que cabe hacernos, ¿puede catalogarse como de triunfal la entrada de alguien montado en un burrito? Al menos deberíamos preguntarnos si Jesús buscó que así se le considerara.

Nuestra celebración de la Semana Santa, como cristianos que somos, finaliza recordando y celebrando, la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, luego de haber soportado tortura, escarnio, exorbitante castigo. Alguien, que no conoce ni medianamente nuestra fe, puede preguntarse ¿Qué es lo que celebran?, ¿qué su Dios pasó por tal sacrificio? Normalmente es a los dioses que se les ofrenda sacrificios, no que ellos lo hagan.

Esto sí que fue intención de Jesús, sacrificarse para que nosotros, su pueblo, seamos salvos, dado que su sacrificio fue para exculparnos de todo pecado, Él vino para dar su vida cargándose de nuestras faltas, de nuestras trasgresiones a lo que Dios espera de cada uno nosotras, cada una de nosotros.

¿Qué celebramos el día de Pascuas de Resurrección? Que Jesús venció a la muerte, eso sí que fue intencionalmente buscado por Jesús y esto sí que es un triunfo, esto sí que es digno de aclamación. Es por esto que podemos regocijarnos y dar loas a Nuestro Señor.

No quiero decir, con esto, que no debemos celebrar la entrada de Jesús a Jerusalén, lejos estoy de ello, todo lo contrario. Jesús sabía a qué venía, sabía por lo que iba a pasar para que su resurrección tuviera el real significado que avala el sentimiento de gozo que nos produce la tumba vacía.

Esta Semana Santa, segunda que sufrimos en pandemia, tiene un significado particular, bien diferente a lo que sentimos durante la primera. En aquélla no sabíamos muy bien qué se venía, cuánto nos iba a afectarnos esta pandemia, ni individualmente ni como sociedad, pero sí que iba a ser duro. Si bien la humanidad sufrió mucho dolor, todavía no sabemos cuánto más nos puede afectar, qué es lo que aún nos depara. Esto no sólo en cuanto a lo sanitario, que ya sería suficiente, sino en cuanto todos los aspectos de la vida, el social y el económico, particularmente.

Las noticias distan de ser buenas, eso sí, las referentes a las vacunas son, sin duda, alentadoras.

Los informativos y los distintos medios de información, se encargan de bombardearnos con calamidades de todo tipo, por si fuera poco, esto es exacerbado por la difusión a través de las redes.

A raíz de todo esto es natural sentir congoja. Tengo la sensación que muchas hermanas y hermanos, se sienten amenazados, como si el mundo se hubiera vuelto un lugar lúgubre se sienten como rodeados de sombras, de oscuridad, sienten que todo es amenazante.

Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza.
Salmos 23:4

En esto confiamos, nuestra fe nos brinda esta certeza.

Como cristianos, debemos recordar que seguimos a la luz, y que no debemos sentirnos en lugar oscuro alguno:

Jesús se dirigió otra vez a la gente, diciendo: —Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, tendrá la luz que le da vida, y nunca andará en la oscuridad.
Juan 8:12

Por nuestra fe debemos sentirnos salvos, debemos confiar en el Señor de la Vida y alejar todo lo que nos provoque pesadumbre. Más aún debemos ser fuertes como para acompañar a quienes se sienten que perdieron toda esperanza, a quienes requieran recuperar fuerzas.

Queridas hermanas, queridos hermanos, debemos tener presente que es en Pascuas de Resurrección que Jesús venció a la muerte, es lo que hoy celebramos. No hay mejor manera de demostrar nuestra fe que ver en la hora más oscura, iluminados por la luz de Jesús

Tengan ustedes una muy bendecida Pascuas de Resurrección,
Shalom

 


Alfredo Alcarraz
presidente de la Iglesia Metodista en el Uruguay

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