¿Quién escribió la Biblia?
por Eunice Arias
Tengo una biblioteca viajera: en la computadora portátil. Este mes encontré la transcripción parcial de una audición que en setiembre del 2003 hiciera nuestro hermano y pastor Gustavo Garello. La misma gira en torno al tema de la autoría de la Biblia.
Hay personas que creen que la Biblia es un libro individual pero en realidad es una biblioteca con libros diversos. Otras afirman que la Biblia es Palabra de Dios, por tanto, es Dios quien la escribió. Como metodistas afirmamos que la Biblia contiene la Palabra de Dios, que es una biblioteca escrita por muchas personas, que algunos libros son resultado de trabajos colectivos y que se hizo en un lapso de por lo menos 1.100 años. ¡MIL CIEN AÑOS! ¿Quién sino Dios podría ser autor de la Biblia? Trabajaré sobre las respuestas que menciona Garello.
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RESPUESTA POÉTICA: CON SU DEDO.
“Cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que Yahvé hizo con ustedes, estuve entonces en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua. Yahvé me dio las dos tablas de piedra escritas por el dedo de Dios, y en ellas estaban escritas todas las palabras que les habló Yahvé en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea”. (Deuteronomio 9.9-10)
Esta imagen de Dios creando a través de sus dedos se encuentra en el Salmo 8.3:
“Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste…”
Puesto que Dios es una realidad espiritual, no tiene dedos en sentido literal; esa expresión se utiliza para señalar a Dios como autor pleno de palabras y maravillas: como si Dios mismo tuviese una computadora y escribiera en su teclado! Algo así me pasaba cuando trabajaba en el sistema educativo formal: reconocía en los trabajos que evaluaba “la mano de la madre o del padre”. Nos pasa también que al probar los tallarines del domingo decimos “¡parecen recién salidos de la mano de la abuela”! Aunque ella ya no está en esta tierra.
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RESPUESTA SICOLÓGICA (Y NO TANTO): CON SU MENTE QUE DICTA
“Y oí una voz que me decía desde el cielo: «Escribe: “Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor.” (Apocalipsis 14.13) Palabra de Yahvé que vino a Jeremías, diciendo: “Así habló Jehová, Dios de Israel: Escribe en un libro todas las palabras que te he hablado”. (Jeremías 30.1-2).
El tema de la inspiración, como si alguien te soplara al oído lo que tienes que decir o escribir, está presente en todos los tiempos. El poeta se dice inspirado, y también la investigadora en su laboratorio; lo dice el deportista que deslumbra con sus jugadas, la madre que inventa historias antes de dormir y después de una larga jornada de trabajo y hasta el niño que sin haber aprendido comienza a deletrear palabras y dice no sé como sé.
La inspiración es experimentada no sólo por personas extraordinarias. ¿Acaso no decimos a veces que tomamos resoluciones o respondemos a interrogantes como si fuésemos guiados por Dios? ¿No nos ha pasado que a veces pudimos alentar a una persona con la Palabra de Dios, encontrando el texto oportuno o explicando con claridad una duda? Sí, como si Dios nos soplara al oído las palabras, pero no como robots o títeres que sólo repiten automáticamente, sino con palabras propias, sentidas y reflexionadas, con nuestro estilo y cultura.
Pueden haber personas que teman que se pierda la fe al estudiar la Biblia con métodos actuales llevando a reconocer que la Biblia contiene la Palabra de Dios escrita con palabras humanas. Para mí, conocer la historia de la formación de la Biblia a través de los siglos, superando tantos escollos y dificultades, me ha llevado a reafirmar la convicción de que sí ha sido inspirada por Dios pues nada tan extraordinario y duradero puede haber salido sólo de manos humanas. Pero no hay duda que Dios usó personas y palabras humanas.
Eso sí, la inspiración divina supera lo escrito pues es anterior a la escritura, incluso en las lenguas originales. La inspiración divina comienza cuando la persona o comunidad reflexionó sobre sus experiencias de fe y las relaciona con la acción salvífica de Dios, mediante el Espíritu Santo; continuó inspirando para que haya discernimiento en el pueblo, decisión de cuidar y transmitir a las generaciones futuras las experiencias vividas; inspiró a dar testimonio de la presencia fiel de Dios en todo momento. La inspiración primero pasó de boca en boca y de corazón a corazón; luego fue escrita en palabras humanas, con y en materiales diversos, que adquirieron alas y volaron más allá de las fronteras, en diversas lenguas, a todos los pueblos.
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RESPUESTA MÁS RACIONAL, MÁS LÓGICA: CON EL TRABAJO DE SUS SIERVOS
Investigando y ordenando.
“Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, tal como nos las enseñaron los que desde el principio las vieron con sus ojos y fueron ministros de la palabra, me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, excelentísimo Teófilo, para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido”. (Lucas 1.1-4)
Seleccionando recuerdos.
“Éste es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero. Hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales, si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén”. (Juan 21.24-25)
Con un propósito claro.
“Pero éstas se han escrito para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre”. (Juan 20.31)
Sí. Esta Biblia que hoy es tan accesible, es fruto del trabajo de miles de personas durante miles de años. No es sólo expresión poética sobre los dedos de Dios ni explicación sicológica relacionada a la inspiración: hubo personas que impulsadas por la fe en Dios contaron sus historias, dieron testimonio, usaron sus razonamientos para decidir qué registrar y qué no, escribieron y copiaron, tradujeron, imprimieron, buscaron recursos, distribuyeron lo que llamamos Biblia…Y lo hicieron en gratitud y alabanza al Dios que inspiró e inspira hoy también la interpretación.
Sí. Ese Dios que es creador, que ama como madre y padre, es autor pero principalmente, es un Dios que se hizo Palabra al encarnarse y hacerse humano, hijo de ama de casa y carpintero, obrero también, mediante el cual nos guía en el camino, aquí y más allá.
Llegará el tiempo donde el libro-biblioteca, la Biblia, no hará falta porque
“Esta será la alianza que haré con mi pueblo en aquel tiempo: Pondré mi ley en su corazón y la escribiré en su mente. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo. Ya no será necesario que unos a otros, amigos y parientes, tengan que instruirse para que me conozcan, porque todos, desde el más grande hasta el más pequeño, me conocerán. Yo les perdonaré su maldad y no me acordaré más de sus pecados. Yo, el Señor, lo afirmo.” (Jer. 31.33)
Mes de la Biblia, 2022
Tinkuy Wasi (Casa de Encuentros), Salinas, Uruguay
Categorías: Reflexiones