Sussana Annesley Wesley y el metodismo

24 de Mayo – Día del Metodismo

Hoy recordamos la experiencia de Susanna Annesley Wesley (*), más conocida por ser madre de Juan y Carlos Wesley.

Su figura, en los últimos años, comienza a surgir como persona valiosa por sí misma. Las reseñas históricas dicen que su esposo, Samuel, pastor en Epworth, dejó la ciudad por asuntos eclesiales. En la parroquia, quedó un suplente auxiliar ineficiente, que predicaba sermones “fatuos” (presumidos).

La gente dejó de asistir a los cultos, decidiendo asistir a las reuniones dominicales vespertinas en la casa pastoral donde Susanna tenía por costumbre leer y explicar sermones en voz alta a su familia en la cocina de la casa pastoral. Pronto la cocina se llenó.

Esto era muy irregular: cultos fuera de la parroquia y ¡dirigidos por una mujer!

Por supuesto, el auxiliar se puso intranquilo y le escribió a Samuel Wesley a Londres pidiéndole que ordenara a su esposa dejar de realizar esa actividad. Samuel así lo hizo. Susanna se negó diciendo “no consideras a estas personas (las que asisten), ninguna de ellas podría leer un sermón sin deletrear…”

Como su esposo insistiera, ella respondió firmemente que tendría que ordenarle “disolver la asamblea, porque esto no satisface mi conciencia. Envíame orden positiva, en tales términos que me absuelvan de culpa y castigo por abandonar (despreciar) esta oportunidad de hacer el bien, cuando tú y yo nos presentemos delante del gran tribunal de nuestro Señor Jesucristo”.

Estoy segura que esas experiencias también contribuyeron a la formación de quienes iniciaron el movimiento llamado metodista y que Juan ha debido pensar en ellas cuando insistió en la participación asidua de espacios comunitarios de: estudio de la Biblia, reflexión, oración y los incluyó entre lo que llamó “obras de piedad”.

Dios nos ayude para que tengamos “corazones abiertos” para que la gran noticia del amor de Dios por toda la humanidad sea proclamada, anunciada, celebrada en todo lugar, sin importar si es templo, cocina, plaza u otro.

 

(*) Mujer empoderada, de convicciones espirituales profundas y reflexivas y al mismo tiempo desarrollada intelectualmente; disposición al servicio; responsable y disciplinada; fiel proclamadora del Evangelio.

 


Adaptado.
Texto de Eunice Arias
Mes del Metodismo, 2024

Categorías: Historia