Tentación de Jesús
El Evangelio de hoy, Lucas 4:1-13, nos invita a reflexionar sobre las pruebas y tentaciones que Jesús enfrentó tras su bautismo. Movido por el Espíritu, fue llevado al desierto, donde resistió la seducción del poder, la comodidad y la autosuficiencia, permaneciendo fiel a la voluntad del Padre. Su lucha no fue solo un episodio aislado, sino un desafío constante a lo largo de su vida, incluso ante las expectativas erróneas de sus discípulos y las presiones de los líderes religiosos.
Al igual que Jesús, también nosotros enfrentamos tentaciones diarias que ponen a prueba nuestra fe y compromiso con el Reino de Dios. Estas no siempre llegan de manera evidente, sino que se ocultan en la indiferencia, el deseo de control, la búsqueda de reconocimiento o la falta de compromiso. La Cuaresma nos llama a discernir estas pruebas y, con la ayuda del Espíritu, responder con fidelidad al llamado de Jesucristo.
Nos despedimos con poema de Florentino Ulibarri
DESTRUCCIÓN
La política sin principios,
las leyes sin espíritu,
el progreso sin compasión,
el trabajo sin beneficio,
la riqueza sin esfuerzo,
la pobreza sin compromiso,
la erudición sin silencio,
el derecho sin justicia,
la verdad sin diálogo,
la religión sin riesgo,
la razón sin dudas,
el culto sin consistencia,
los medios de comunicación social sin ética,
los mitos sin hondura,
los roles sin ternura
y la vida sin responsabilidad… ¡Destrucción del mundo,
de tu obra y buena noticia,
de nuestras esperanzas y utopías
y de tu reino entre nosotros!
Categorías: Reflexiones