Juan comparte buenas nuevas

Querida comunidad,
El Evangelio de hoy (Lucas 3:7-18), nos recuerda a Juan el Bautista compartiendo las buenas nuevas al pueblo, llenándolos de expectativa y alegría por la llegada del Mesías tan esperado.

Juan exhorta a un cambio profundo, una metanoia: un giro del corazón y de la vida que brota del arrepentimiento y permite al Espíritu Santo actuar libremente en nosotros. Desde ese cambio interior surgen virtudes como la generosidad, la justicia y la esperanza, fruto de un corazón transformado por el Espíritu.

La verdadera alegría, el gozo profundo del alma, nace de nuestra relación con Dios y se refleja en acciones de amor y servicio.

¡Vivamos este Adviento con gozo, porque el Mesías está en, con y entre nosotros!

 

En este tiempo de Adviento:

Descubre la obra de Dios: Observa cómo el Reino de Dios ya está actuando en tu vida y en tu comunidad, y busca compartirlo con otros.
Deja que Dios transforme tu corazón: Pide al Señor una nueva perspectiva, despojándote de ti mismo para permitir que el Espíritu actúe con libertad.
Comparte con generosidad y alegría: Sirve a los demás con tus dones, talentos, tiempo y recursos. Recuerda que los gestos más pequeños tienen el poder de transformar el mundo de otros.
Renueva tu compromiso con Dios: Vive cada día como respuesta a Su amor infinito. Ora, lee las Escrituras y reflexiona en ella guiado por el Espíritu.
Disciplinar la mirada: Aprende a reconocer, y agradece las bendiciones y las cosas buenas que suceden en tu vida y a tu alrededor.

 

“Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca.”
(Filipenses 4:4-7)

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