¿POR QUÉ MIÉRCOLES DE CENIZA?

¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza.
Mateo 11:21

RECUERDA QUE ERES POLVO…

Las cenizas han sido un antiguo símbolo de nuestra humanidad. En Génesis se nos dice que Dios creó al ser humano del polvo de la tierra (Génesis 2:7). La palabra hebrea que se traduce como “polvo” se usaba ocasionalmente para referirse a la ceniza.

Cuando Abraham sintió la necesidad de reconocer la diferencia entre él y el Dios infinito, habló de sí mismo diciendo

reconozco que he sido muy atrevido al dirigirme a mi Señor, yo, que apenas soy polvo y ceniza (Génesis 18:27)

 

… Y AL POLVO VOLVERÁS

Nuestra humanidad nos recuerda que somos mortales.
Cuando Adán y Evan fueron expulsados del Jardín del Edén, se les dijo:

Porque polvo eres, y al polvo volverás (Génesis 3:19).

La imposición de cenizas proviene de las prácticas del Oriente Medio, Egipto y hasta partes de Grecia, en señal de sufrimiento, luto y arrepentimiento. En el Antiguo Testamento consta registro de su uso extendido y de su significado simbólico.

 

¿POR QUÉ LAS CENIZAS?

En los manuales de ritual suele aparecer el orden para el miércoles de ceniza, en el que se establece que mientras el pastor impone cenizas con la señal de la cruz en la frente se deben decir las siguientes palabras: “Recuerda que eres polvo, y al polvo volverás” o “Arrepiéntete y cree en el evangelio”. Cada una de estas expresiones se refiere a un aspecto de lo que las cenizas representan: por un lado confrontar nuestra humanidad y mortalidad (no somos Dios, sino criaturas) y por el otro reconocer que somos incapaces de vivir cómo Dios quiere que vivamos y que necesitamos ser perdonados (Romanos 3:23).

Nuestra iglesia en Uruguay no practica desde hace varias décadas el ritual simbólico de la imposición de cenizas. Sin embargo, la vocación de este día, es compartida con toda la fraternidad metodista y cristiana del mundo, marcando el comienzo de la cuaresma, que son los 40 días desde hoy hasta el viernes santo (se descuentan los domingos), como tiempo de apertura a la reflexión.

 

UNA COMUNIDAD DE DONES

En nuestra Iglesia, en este período estaremos usando estos 40 días para reflexionar en los dones que todos tenemos. Cada uno de nosotros tiene dones únicos para aportar al mundo, a su entorno, y ¡al Reino de Dios!. A veces otros pueden ver nuestros dones mejor que nosotros.

«Una cuaresma para descubrir» será la tónica de este tiempo. Estaremos enfocándonos en los dones, los talentos, buscando discernimiento de lo que el Señor nos ha dado, orando para descubrir, despertar y poner en acción, lo que Dios nos ha dado.

Hay dones y capacidades latentes que ni siquiera nosotros conocemos. Hagamos juntos que esta cuaresma sea para nosotros una cuaresma para descubrir y llegar al domingo de Pascua para celebrar.

 


Iglesia Metodista – Una comunidad de fe de la Iglesia Metodista, abierta para amar y servir

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